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La Potencia Feminista

$300.00

En este momento álgido de nuestros múltiples empeños feministas, a veces dispersos y constelados, en ocasiones confrontados, entre varias impulsamos la publicación en México de La potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo de Verónica Gago. No es pues coincidencia ni azar recibir hoy tal aliento desde el Sur.
En Argentina, tal como Verónica nos desgrana con palabras se ha trenzado un bucle fértil que se comprende cuando se piensa desde el proceso creativo y situado que sostiene el 8M como Paro de Mujeres y otrxs cuerpos feminizados. El bucle anuda la masividad de la rebelión feminista contemporánea trenzándola con la radicalidad de sus prácticas que abren y expanden horizontes políticos. Verónica escudriña este proceso largo y sostenido, organizando aceleradamente lo que allá se ha aprendido.

La conversación que el trabajo de Verónica Gago puede abrir con las múltiples experiencias mexicanas de lucha es inmensa y fértil. Ella se propuso pensar desde la potencia de las luchas feministas, considerando que “no sabemos lo que podemos hasta que experimentamos el desplazamiento de los límites que nos hicieron creer y obedecer”.

El trabajo de Vero Gago sedimenta conocimiento útil para nosotras, mujeres y otrxs cuerpxs en lucha. Es útil y puede ser fértil porque condensa experiencia situada que es analizada con gran lucidez.

La potencia feminista o el deseo de cambiarlo todo es una contribución a que entre muchísimas produzcamos ese otro desplazamiento que también requerimos. Vero querida, tus palabras llegan a tiempo. Gracias.
Raquel Gutiérrez Aguilar

Feminismos Territoriales

$300.00

A pesar del desencanto del que buscan contagiarnos como enfermedad terminal, hay un movimiento que crece como conciencia histórica, que se “encuerpa” desde la memoria y cambia —nos cambia— la vida cotidiana, los medios de estar en el mundo, de ser y de creer. Son colectivos que se van multiplicando entre las mujeres y las disidencias sexuales, que asumen el feminismo como un modo de desafiar las múltiples opresiones producidas por el capitalismo colonial y patriarcal. Son feminismos nacidos en las luchas del pueblo, feminismos indígenas, campesinos, de trabajadoras de doble y triple jornada. Feminismos de sujetas no sujetadas, que se organizan para responder colectivamente a los desafíos de la sobrevivencia. No son un relato para entendidas, sino una práctica rebelde, y una teoría que se amasa en los comedores populares. La diversidad de experiencias de los feminismos populares se amplía en clave resistencia, rebeldía, en diversos modos de autoorganizarnos y de encontrarnos y dialogar con otrxs. Feminismos populares que buscan los modos de desorganizar la violencia del capitalismo colonial y patriarcal desde nuestros cuerpos entrenados para resistir, para cuidar, para abrazar y para combatir de las formas necesarias en cada etapa. Se trata de feminismos que hacen y defienden, que cuidan y critican, que son parte y que cuestionan las revoluciones socialistas y antipatriarcales. Feminismos comunitarios que desencubren el colonialismo y su voracidad extractiva. Feminismos campesinos que atesoran las semillas como patrimonio de la humanidad y enseñan los misterios de la soberanía alimentaria. Feminismos que se levantan desde nuestros territorios cuerpos y territorios tierras, y revolucionan las revoluciones ganadas y perdidas. Feminismos en revolución.

Calibán y la Bruja

$320.00

De la emancipación de la servidumbre a las herejías subversivas, un hilo rojo recorre la historia de la transición del feudalismo al capitalismo. Todavía hoy expurgado de la gran mayoría de los manuales de historia, la imposición de los poderes del Estado y el nacimiento de esa formación social que acabaría por tomar el nombre de capitalismo no se produjeron sin el recurso a la violencia extrema. La acumulación originaria exigió la derrota de los movimientos urbanos y campesinos, que normalmente bajo la forma de herejía religiosa reivindicaron y pusieron en práctica diversos experimentos de vida comunal y reparto de riqueza. Su aniquilación abrió el camino a la formación del Estado moderno, la expropiación y cercado de las tierras comunes, la conquista y el expolio de América, la apertura del comercio de esclavos a gran escala y una guerra contra las formas de vida y las culturas populares que tomó a las mujeres como su principal objetivo. Al analizar la quema de brujas, Federici no sólo desentraña uno de los episodios más inefables de la historia moderna, sino el corazón de una poderosa dinámica de expropiación social dirigida sobre el cuerpo, los saberes y la reproducción de las mujeres. Esta obra es también el registro de unas voces imprevistas (las de los subalternos: Calibán y la bruja) que todavía hoy resuenan con fuerza en las luchas que resisten a la continua actualización de la violencia originaria. Silvia Federici es profesora en la Hofstra University de Nueva York. Militante feminista desde 1960, fue una de las principales animadoras de los debates internacionales sobre la condición y la remuneración del trabajo doméstico. Durante la década de 1980 trabajó varios años como profesora en Nigeria, donde fue testigo de la nueva oleada de ataques contra los bienes comunes. Ambas trayectorias confluyen en esta obra.

Arde el Wallmapu

$250.00

El 1 de diciembre de 1997, Lumaco, una pequeña población en el sur de Chile, en la llamada Araucanía, amaneció bajo el humo de tres camiones incendiados. Habían sido quemados por comuneros mapuches. Comunidades indígenas habían realizado una recuperación de territorios ancestrales después de años de reclamos sin solución. Los camiones pertenecían a la empresa forestal Bosques Arauco que, como en casi toda la Araucanía, explota los bosques usurpando y ocupando tierras que los mapuches reivindican como suyas. El diario El Mercurio habló de un nuevo Chiapas en la Araucanía; El diario La Tercera se preguntaba: “¿Chiapas chileno?”. El gobierno también reaccionaría con fuertes declaraciones, considerando la protesta como una acción subversiva, infiltrada por agentes guerrilleros. Año y medio más tarde, se anunciaba la formación de la Coordinadora de Comunidades en conflicto Arauco- Malleco (CAM). Se abría una larga fase de antagonismo e insubordinación por la tierra y la autonomía, que significó una bifurcación en el movimiento mapuche contemporáneo. Inflexión protagonizada centralmente -aunque no de manera exclusiva- por el movimiento de recuperación de tierras ancestrales impulsado por la Coordinadora. Este trabajo intenta narrar esa historia y, en especial, comprender, interpretar y aprender dicha rebeldía.

Luchas por lo Común

$220.00

Es un esfuerzo por comprender la ascendente y acelerada irrupción de numerosos conflictos socioambientales en México durante los últimos 20 años, debido al impulso de diversos proyectos ligados a una actualizada estrategia de despojo de los bienes comunes naturales por parte del capital en su incesante voracidad de acumulación. Con este propósito, Mina Lorena Navarro recupera y propone un conjunto de claves del marxismo crítico para interpretar estos conflictos y para rastrear las posibilidades de antagonismo que desde lo social han venido activándose a lo largo del tiempo para resistir y recrear formas de producción de lo común para la reproducción de la vida humana y no humana. En particular, profundiza en cuatro experiencias socioambientales o, como ella plantea, luchas por lo común, protagonizadas por comunidades indígenas y campesinas y población urbana de diferentes latitudes de la geografía mexicana, que vienen enfrentando algún tipo de conflicto por el acceso, control y gestión de los bienes comunes naturales, pero también por las consecuencias que generan los procesos de extracción, producción, circulación, consumo y desecho de la riqueza social convertida en mercancía.
La emblemática experiencia del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositores a la Presa La Parota (CECOP) en Guerrero, que por más de diez años ha logrado la suspensión de dicho megaproyecto. El caso del Frente de Pueblos del Anáhuac, integrado por ejidatarios y habitantes de diferentes pueblos originarios del a Delegación Tláhuac, al suroriente de la ciudad de México, contra la construcción de un conjunto de proyectos de urbanización y específicamente de la Línea 12 del Metro. La resistencia del Frente Amplio Opositor a Minera San Xavier, una de las primeras resistencias sociales que ha luchado contra la megaminería metalífera en nuestro país. Y la lucha de la Agrupación Un Salto de Vida, una organización de vecinos de la zona metropolitana de Guadalajara, que viven a menos de cinco kilómetros de uno de los ríos más contaminados del país. Sin duda, un aspecto compartido por todas estas experiencias es la lucha por la vida ante las agresivas y crueles formas del despojo, además de la perseverante búsqueda por construir y sostener alternativas vitales para la sobrevivencia humana frente a la crisis civilizatoria que enfrenta el mundo vivo en su conjunto.
Mina Lorena Navarro

Hacer Común Contra la Fragmentación en la Ciudad

$300.00

Este libro surge de la necesidad existencial y al mismo tiempo de la esperanza movilizada que anima la construcción de horizontes emancipatorios en las ciudades ante las ofensivas cada vez más descarnadas del capital .qué ¿es realmente posible construir alternativas que resistan, se contrapongan e inaugure salidas a la lógica del Estado y de la acumulación del capital? ¿Cómo pueden producirse, sostenerse y expandirse estos esfuerzos? ¿Cómo enfrentar los límites que impone la ciudad bajo su forma predominante capitalista a la generación del a sus colectivos y comunitarios para tomar el control de la reproducción simbólica y material de nuestras vidas?

Descolonizar el Pensamiento Crítico y las Rebeldías

$250.00

Afirmar que la izquierda latinoamericana está en crisis, es casi un lugar común. No obstante, esto no quiere decir que hayamos debatido a profundidad en qué consiste esta crisis y cómo salir de ella. En esta obra encontraremos elementos sustantivos para dar la discusión, al menos, en dos ejes: frente a la posición que insiste en que la lucha anticapitalista debe pasar la toma del poder estatal y celebra la llegada de la llamada “era progresista”, el recorrido que Zibechi hace por países como Argentina, Brasil, Bolivia Paraguay, Chile, Perú, Venezuela y Uruguay muestra de qué modo buena parte de los movimientos sigue enfrentándose con la complicidad de las clases económicas y política, manteniendo su resistencia frente al despojo, la cooptación, la criminalización y la represión. Por otro lado, frente a la iniciativa, incluso bienintencionada de producir pensamiento crítico en los espacios académicas, el autor sostendrá que es en los conflictos en las propias prácticas emancipatorias, en la lucha de los oprimidos, donde radica su fuente.
Ambos ejes están atravesados por una condición histórica y estructural: el colonialismo. Creer que las ideas se elaboran en espacios cerrados por especialistas para luego ser trasladadas al combate, es un modo colonial de ver el mundo. Luchar por el gobierno de la maquinaria estatal, producto de la colonización, es negar la creación que los abajo hacen de los poderes no coloniales. En este sentido, esta obra aporta al debate de la izquierda latinoamericana apostando por la descolonización del pensamiento crítico y las rebeldías. Lo que implica la necesidad de reconocer y aprender de los sujetos del pensamiento insumiso pero, también, dejar de equiparar poder con Estado, desligar el nudo que hasta ahora ha venido amarrando poder con opresión.

Carta a mis hermanas más jóvenes 1

$80.00

Para mí, el problema más difícil ha sido entender, con el cuerpo todo, que no existen los espacios de pares. El problema ha sido alcanzar a comprender que el mundo social, organizado en torno a relaciones mercantiles, a procesos ampliados de acumulación de capital de raigambre heteronormada y colonial, envueltos en múltiples formatos de administración tecnocrática y control estatal que organizan el drenaje continuo de fuerza vital colectiva e individual y de la riqueza material que sostiene la vida humana y no humana; contiene dentro de sí una rígida y persistente jerarquía de lo masculino dominante que es consustancial a reiteradas prácticas de expropiación, tutela y control que se imponen a través de la violencia. Dentro de esa trama inmensa de interdependencia, habitamos -ensambladas de manera jerarquizada- seres humanas con cuerpo de mujer, seres humanes con cuerpos feminizados y disidentes, además de seres humanos con cuerpo de varón. No existen pues, los espacios de pares. No existen y hay que crearlos y ése es un gigantesco problema doble. La duplicidad se exhibe a través del siguiente desdoblamiento: por un lado, no existen los espacios de pares entre los varones y las mujeres y otros cuerpos feminizados y, por otro, no existen tampoco los espacios de pares

Cuerpo, Territorios y Feminismos

$360.00

Mi entusiasmo por el libro, cuyas autoras generosamente me invitaron a prologar, descansa en la fresca manera en que su trabajo reinstala la discusión sobre la relación “ser parte” —de un tenaz flujo de luchas que se despliega por nuestros territorios— de manera clara. Sabernos parte con otrxs de un flujo de vida, lucha y reproducción: ser parte de ese flujo también porque significa para nosotrxs (re)comenzar a andar un camino antiguo y a la vez contemporáneo que los feminismos nos están alumbrando en el tiempo presente.
Raquel Gutiérrez

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